Si te molesta un estilo de música, te aburre el teatro o no te atraen las obras de arte, casi siempre puedes evitarlas. La arquitectura, sin embargo, es diferente. Un proyecto mal pensado afectará la vida de muchas personas de manera constante y durante mucho tiempo. En los espacios interiores, este efecto se amplifica aún más. La humanidad pasa cada vez más tiempo en el interior, impactando directamente nuestro bienestar y salud. En los períodos de confinamiento obligatorio, como en la actual pandemia del Covid-19, nos damos cuenta de cuán importantes son los espacios interiores para nuestro bienestar e incluso para la prevención de enfermedades. Por eso, diseñar un ambiente interior es una gran responsabilidad para todo profesional. Un diseñador de interiores debe planificar, investigar, coordinar y administrar estos proyectos para obtener un ambiente adecuadamente saludable y estéticamente agradable para las personas que utilizarán el espacio. Pero, ¿qué es, de hecho, el diseño de interiores?
Habitualmente el diseño interior se confunda con la decoración, un concepto erróneo que viene cargado de una serie de prejuicios y malentendidos. La elección de revestimientos, colores y acabados es, de hecho, un aspecto importante del diseño de interiores, pero no es su única característica.
Primero, es esencial comprender los comportamientos y deseos del usuario para crear espacios funcionales y estéticamente agradables. La organización del movimiento es un punto de partida, que se puede lograr mediante la manipulación básica del diseño. Esta división del espacio se puede lograr a través de paredes, pero también a través de muebles e incluso objetos. Al mismo tiempo, el diseño interior debe prestar atención a las condiciones de confort (térmicas, de iluminación o acústicas), y a la ergonomía, que nos ayuda a dimensionar adecuadamente los muebles y objetos. Finalmente, la especificación de revestimientos y materiales constituye la parte más visible y superficial del diseño de interiores, pero no por eso la menos importante. Este toque final compone la 'cara del proyecto', transmitiendo la visión del diseñador, así como los deseos y necesidades de los usuarios.
A continuación, discutimos los principales temas que el diseño de interiores debe considerar con detalle:
Layout
El layout o configuración general de un proyecto es, en resumen, el posicionamiento de equipos, muebles y objetos –ya sean fijos o móviles– en el espacio que se está diseñando. Una distribución adecuada permite organizar el flujo del espacio, crear lugares de permanencia y jerarquizar los espacios. Los layouts son especialmente importantes en los planos arquitectónicos abiertos, donde el diseñador tiene más libertad. Le Corbusier y Mies van der Rohe fueron los primeros en desafiar los planes jerárquicos convencionales al reducir las áreas de circulación y al utilizar elementos estructurales, muebles y paneles móviles para dividir el espacio en lugar de las paredes.
Para desarrollar un buen layout general, el diseñador de interiores debe, por supuesto, considerar los estándares de accesibilidad, las rutas de escape de incendios y las dimensiones mínimas para las habitaciones. Existe una gran cantidad de literatura que define las dimensiones apropiadas para cada tipo de uso del espacio. El libro de Ernst Neufert "El Arte de Proyectar en Arquitectura" se publicó originalmente en 1936 y recopiló las mejores prácticas para dimensionar los espacios, desde cocinas industriales hasta trenes. Sin embargo, debido a que las ciudades se vuelven cada vez más densas y las viviendas cada vez más caras, los micro apartamentos y las casas pequeñas comienzan a desafiar estos estándares mínimos, demostrando que las reglas pueden romperse cuidadosamente. Por lo tanto, lo principal es entender las necesidades del espacio y del usuario para proponer diseños funcionales y apropiados para cada escenario diferente.
Mobiliario
Tanto fijo como móvil, el mobiliario incide directamente en las cualidades de cualquier interior. Es trabajo del diseñador asegurar que sus preferencias para el proyecto colaboren con el funcionamiento cotidiano del espacio, asegurándose de que no interferirán con actos tan elementales como la circulación.
Especialmente (aunque no solamente) cuando se trata de espacios pequeños –cada vez más reducidos– dedicar atención a la elección de cada mueble es primordial. Es por esta razón que, en muchos casos, suele ser más efectivo diseñar muebles a medida para un uso más eficiente de cada centímetro cuadrado. Muebles transformables que encajan entre sí (como banquetas apilables), que se pliegan (como mesas plegables), que permiten aumentar y decrecer en tamaño o ser utilizados para múltiples funciones (un clóset que sirve como división interior, por ejemplo), se ven como el futuro de la industria del mueble.
Siguiendo esta tendencia, hoy es posible encontrar más de una empresa que fabrica productos para residencias pequeñas (comúnmente llamadas nano-departamentos o tiny houses), que consideran las dimensiones particulares de estos espacios y desafían estándares preestablecidos para crear piezas más consistentes con el uso contemporáneo del espacio. Ejemplo de este tipo de muebles son sofás compactos y comedores donde las sillas calzan perfectamente bajo las mesas, logrando que cada pieza ocupe menos espacio a su alrededor.
Las plantas pueden no ser consideradas como mobiliario, sin embargo son un elemento en el diseño de interiores digno de mencionar. Son aliados importantes al momento de mejorar las condiciones ambientales y calidad de vida interior, ya que purifican el aire y absorben químicos comunes en espacios residenciales y corporativos. La recomendación más común consiste en tener una planta de tamaño medio por cada 10 m².
Confort y ergonomía
Hemos hablado ampliamente del confort en espacios interiores durantes los últimos años. La calidad ambiental ‘puertas adentro’ es fundamental en un mundo cada vez denso y populoso, y un espacio interior incómodo, inseguro o insalubre puede ser tremendamente nocivo para la salud física y mental de las personas, considerando que pasamos gran parte de nuestras vidas en ellos.
El confort comprende desde la estética de los espacios hasta el aroma del ambiente, la brisa que entra por la ventana, y la temperatura que se siente al entrar en ellos, pasando por la accesibilidad y la aplicación de tecnologías o estrategias pasivas para facilitar y mejorar la calidad de vida del habitante. ¿Cómo es percibido visualmente el espacio al habitarlo? Su color, brillo, profundidad y altura determinarán si un espacio es detectado como acogedor, seguro, estimulante, apacible, flexible, o todo lo contrario. ¿Es acústicamente cómodo? Un tratamiento acústico adecuado permitirá conversar con otros sin necesidad de levantar la voz, o de escuchar un discurso en un auditorio sin forzar nuestros oídos. ¿Es un espacio demasiado caluroso o extremadamente frío? La temperatura confortable podría situarse entre los 20 y 25 grados celsius, y el frío o el calor en exceso no sólo son molestos, sino que propician la incubación de distintas enfermedades. ¿Su ventilación mantiene el aire interior lo más limpio y saludable posible? Malos olores, ácaros, hongos y los compuestos de algunos materiales, sumados a la polución en habitaciones, pueden ser tóxicos para la salud humana.
Aunque podría parecer ajena a la arquitectura, la ergonomía es la disciplina que nos ayuda a diseñar espacios y dispositivos bien adaptados a las características fisiológicas, anatómicas e incluso psicológicas de los habitantes y usuarios de cada habitación. Es la relación entre el entorno artificial y las acciones y comportamientos que serán desarrollados por el cuerpo y la mente humana. Por lo tanto, el nivel de éxito de un buen diseño de interiores está íntimamente relacionado con su análisis detallado, y una buena de comenzar podría ser a través del estudio de las dimensiones y proporciones del cuerpo humano en su inmensa variedad. Existen investigaciones antropométricas que agrupan a la población según estos parámetros, permitiéndonos dar soluciones flexibles y efectivas para la mayor cantidad de usuarios potenciales.
Materiales y revestimientos
En la misma línea, no todos los materiales de terminación son equivalentes. Si bien la elección se rige normalmente por factores como estética, función y costo, es importante considerar también la composición de cada material y el efecto que ésta podría tener en el ambiente a lo largo de su vida útil. Hoy, en la mayoría de los mercados, la oferta de materiales de terminación es amplia y diversa, lo que nos permite evaluar factores como su procedencia, durabilidad, reciclabilidad y propiedades higiénicas o medioambientales, que no son ajenas a la comodidad futura del espacio a diseñar. Por lo tanto, la elección del revestimiento o terminación es multidimensional y ha de considerar los siguientes factores:
- La finalidad del espacio. Los materiales deben acompañar tanto la función del espacio como la diversidad de potenciales usuarios. Al elegir, es recomendable considerar el nivel de tráfico y uso del área, condiciones de limpieza, desgaste y exposición al medioambiente. Otros factores como las texturas y el color pueden contribuir a la comprensión del espacio y la difusión de la luz, así como incidir en el estado de ánimo de sus habitantes.
- La sustancia del material. La composición del material va a definir su resistencia, flexibilidad y maleabilidad, y así su rango de aplicaciones. En términos químicos, es recomendable fijarse en la composición de pinturas, recubrimientos plásticos, aglomerantes o aditivos que podrían tener efectos nocivos (o también benéficos) a largo plazo sobre la calidad del aire interior.
- Los sistemas de instalación. El proceso constructivo de las terminaciones incluye objetos de fijación o adhesivos, que es recomendable considerar como un sistema conjunto al acabado de manera de economizar costos y evitar errores durante el proceso constructivo (especialmente si se trata de una obra nueva).
- La capa superficial. La última capa de terminación tiene una alta incidencia en la comodidad de los espacios. Las superficies pueden tratarse para ser antideslizantes, antiadherentes, impermeables. Elementos como cubrejuntas, cantos, molduras, manillas, más que objetos, se han diseñado para facilitar la limpieza, evitar accidentes, facilitar movimientos, entre otras opciones tan amplias como usos posibles de un espacio.
Entender al ser humano en sus dimensiones fisiológicas, anatómicas, y psicológicas nos ayudarán a alcanzar un alto nivel de confort, respetando su diversidad y sus diferencias. No todas las personas se mueven de la misma forma por el espacio ni tienen las mismas dimensiones corporales, y no todos se sienten cómodos frente a la misma cantidad de luz o resisten con agrado las mismas temperaturas. Es fundamental considerar un acercamiento holístico y multidisciplinar a la hora de diseñar espacios centrados en el bienestar, y la observación y análisis en profundidad de cada ‘cuerpo y mente’ es clave para concretar un proyecto exitoso.
Te invitamos a revisar la cobertura de ArchDaily sobre el COVID-19, a leer nuestros consejos y artículos sobre productividad en el trabajo desde el hogar, y conocer las recomendaciones técnicas para un diseño saludable para tus proyectos futuros. También recuerda revisar los últimos consejos e información sobre el COVID-19 en el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS).